viernes, 2 de diciembre de 2011

Bêtise

Nunca se lo he dicho, eso de que tiene unos ojos verdes que siempre me hipnotizaron, que si ríe por alguna chorrada mía, le miro y me lo guardo dentro, muy dentro de mi. Hubo un tiempo, hace muchos, muchos años ya, que pude tocarle todo lo que quise, que entraba en mi sin permiso, que nos mordimos con algo parecido a besos, hubo un tiempo en el que estuvo tan cerca y sin embargo tan lejos de mi,

a la vez.


Años más tarde la vida ha vuelto a cruzarnos.
El caprichoso destino como niño que ríe a carcajadas por sus travesuras.


Cada semana comemos juntos, vivimos situaciones similares, ahora entiende cuando le decía que me cansaba si andaba demasiado deprisa, ahora comprende el antes. Me ve y me asusta.


Sé lo que es amar sin poder acariciar. Lo aprendí hace tiempo, de forma brusca y aun no entiendo el propósito de ese extraño castigo que se me ha impuesto.


Ahora soy lo que siempre quise ser para él, su mejor amiga. Me mira y me habla de ella, de alguien que vive lejos de él, de alguien que va a ir a ver pronto, yo le sonrío y duele dentro donde él no sabe ni nunca sabrá que aun habita.


Siempre fue así.
Siempre miré a través de los cristales la vida de otros
que nunca serán la mía.

1 comentario:

  1. ¿Por qué no decírselo?, si pienso en las que podrían ser mis razones, ninguna me convence.

    Besos bastet, espero que hoy el día haya tornado a colores más alegres.

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